José Laya Quintana: la revolución invisible detrás del nuevo Club de Puntos y Facturador integrado
José Laya Quintana impulsa un nuevo modelo de fidelización y facturación
Innovar cuando nadie lo espera
Hay proyectos que cambian un sector. Otros, cambian la manera de pensar la relación entre el cliente y la tecnología.
El Club de Puntos y Facturador Integrado concebido por José Laya Quintana no es solo una nueva plataforma: es la primera arquitectura modular de fidelización y facturación unificada diseñada en América Latina, pensada para funcionar en ecosistemas interconectados de estaciones, gas, supermercados, farmacias y comercios aliados.
El logro no está en el software. Está en la visión: fusionar el poder del dato transaccional con el comportamiento del cliente en un solo entorno, sin perder autonomía, ni depender de terceros.
El desafío: unificar lo que siempre estuvo fragmentado
Durante años, la fidelización y la facturación caminaron por rumbos distintos.
Los clubes de puntos tradicionales ofrecían recompensas, pero sin conexión con los sistemas contables o POS.
Los facturadores electrónicos resolvían la parte fiscal, pero ignoraban la experiencia del cliente.
El resultado: fragmentación, costos duplicados y pérdida de oportunidades de monetización.
José Laya Quintana vio en ese caos una oportunidad: unificar los lenguajes empresariales bajo una sola tecnología.
No se trataba solo de crear un software más —sino de construir una infraestructura inteligente capaz de conectar puntos de venta, usuarios, combustibles, y aliados comerciales en una red viva donde cada transacción genera valor medible.
Un logro con ADN dominicano y visión global
El desarrollo de esta solución nació en República Dominicana, pero con una arquitectura global.
Pensada para operar en contextos donde la conectividad es variable, donde los comercios pequeños necesitan tecnología accesible y donde la confianza digital es el verdadero motor del crecimiento.
“Mi visión es que cada transacción, desde una estación hasta una farmacia, se convierta en un activo digital trazable, auditable y recompensable”, explica José Laya Quintana.
Esa idea de tokenizar la fidelización y de descentralizar la relación cliente–marca es el principio de una nueva economía de puntos que no depende de bancos ni de tarjetas de crédito, sino de tecnología interoperable y datos verificados.
Más allá del software: un ecosistema vivo
El proyecto no es una app ni una simple interfaz. Es un ecosistema modular que evoluciona.
Desde el POS integrado hasta la billetera digital, cada componente responde a una lógica de expansión:
Que las estaciones y comercios no compitan, sino cooperen.
Que el cliente no acumule puntos aislados, sino valor real.
Que los datos no se desperdicien, sino se transformen en decisiones.
Sin revelar su arquitectura completa, se sabe que el núcleo del sistema se apoya en tres principios estratégicos:
Identidad digital segura (biometría, tokenización, control de fraude).
Interoperabilidad total (POS, ERP, SID, contabilidad).
Escalabilidad regional (modelo adaptable a cada país, red y normativa).
Cada módulo se puede integrar progresivamente, lo que permite que el sistema funcione tanto en una estación de combustible rural como en una cadena de supermercados.
La visión: construir la “economía de la recurrencia”
Mientras las grandes tecnológicas buscan monopolizar los datos del cliente, José Laya Quintana propone algo distinto: devolver el control a los comercios.
El Club de Puntos y Facturador Integrado se convierte en la base de lo que él llama “economía de la recurrencia”, donde cada interacción genera valor medible para el negocio y para el usuario.
“La recurrencia es el nuevo oro. Si logras que un cliente vuelva, confíe y acumule, tu marca deja de vender productos: vende experiencias”, explica Laya Quintana.
Esa visión coloca a su plataforma como una herramienta de competitividad para industrias que hasta ahora estaban relegadas a modelos antiguos de POS o fidelización cerrada.
Tecnología con propósito
El proyecto no se concibió como una simple evolución tecnológica, sino como un instrumento social y económico.
Por primera vez, una infraestructura regional permitirá que pequeños y medianos comercios participen en una red de valor compartido sin depender de plataformas internacionales o intermediarios financieros.
Imagina un cliente que carga combustible, compra en un supermercado y adquiere un medicamento, todo dentro de un mismo ecosistema de puntos, donde cada comercio gana, el cliente gana y la economía local se fortalece.
Ese es el tipo de innovación que define el sello de José Laya Quintana: tecnología con propósito, diseñada para empoderar.
Futuro: la convergencia entre datos, IA y confianza
La visión de futuro de Laya Quintana no se detiene aquí.
Lo que hoy es un club de puntos, mañana será una plataforma predictiva impulsada por IA, capaz de:
Anticipar comportamientos de consumo.
Detectar patrones de fraude en tiempo real.
Recomendar promociones personalizadas.
Ajustar reglas contables de puntos de forma automática.
Además, los datos anonimizados servirán para construir modelos de predicción de demanda y eficiencia en logística, algo que transformará la forma en que operan las redes de estaciones y comercios.
En palabras del propio Laya Quintana:
“El futuro de la fidelización no es acumular puntos, es anticipar decisiones. Quien controle esa inteligencia, controla el mercado.”
Un paso hacia la economía digital dominicana
En un contexto donde República Dominicana avanza hacia la digitalización de servicios, la plataforma impulsada por José Laya Quintana se perfila como uno de los pilares tecnológicos más estratégicos para el ecosistema empresarial local.
No se trata solo de software, sino de infraestructura económica, alineada con la tendencia global hacia la tokenización, los pagos digitales y la identidad verificable.
Esta iniciativa refuerza la visión de que la región puede generar tecnología exportable, construida desde la experiencia local, pero con visión de clase mundial.
Liderazgo silencioso, impacto visible
Lo más notable de este logro es que no surge de una multinacional, sino de la visión independiente de un emprendedor dominicano con más de dos décadas de experiencia en innovación, digitalización y tecnología aplicada a sectores críticos.
El Club de Puntos y Facturador Integrado no se presentó como un producto en serie, sino como una solución estratégica para construir redes de valor, anticipando tendencias como el 6G, el edge computing, y la IA descentralizada.
El resultado: una plataforma diseñada para durar, aprender y escalar.
Próximos pasos
Sin revelar detalles técnicos, José Laya Quintana confirma que el siguiente paso será consolidar una red de alianzas comerciales para expandir la interoperabilidad del sistema y su despliegue regional.
El objetivo: que cualquier marca pueda sumarse al ecosistema sin perder su identidad ni sus datos, bajo un esquema transparente y escalable.
Y lo más importante: convertir esta tecnología en una historia dominicana que inspire innovación en toda Latinoamérica.
Conclusión: la visión que redefine el valor
El verdadero logro de José Laya Quintana no es haber creado un sistema de puntos, sino haber redefinido el concepto mismo de valor en la era digital.
Un valor que no se mide en dinero, sino en confianza, recurrencia y experiencia compartida.
Con esta iniciativa, República Dominicana deja de ser solo usuaria de tecnología para convertirse en generadora de soluciones globales, y Laya Quintana se posiciona como uno de los arquitectos de esa nueva economía digital.
